Klein es posiblemente el iniciador de los grupos paramilitares en Colombia. Entrenó directamente a Fidel Castaño, y posteriormente a Carlos, su hermano. Le enseñaba a terminar con los terroristas de raíz citando siempre su versículo bíblico favorito: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada” Levítico 26:8.
¿Quién no ha escuchado de Yair Klein? Quizás usted no, porque yo, menos. Para algunos les suena familiar el apellido, y les hace pensar: “No será hermano de Calvin Klein”, si este hizo ropa, su hermano Yair haría sin duda cosméticos. Sí Calvin hizo calcetines, su hermano Yair ¿no haría zapatos?
Pero no, ni lo uno ni lo otro, ni Calvin Klein fue buen diseñador, ni mucho menos se llamaba Calvin, ni Yair Klein fue un buen administrador de su restaurante, ni buen ciudadano del mundo.
Una cosa en común si tienen estos dos personajes, los dos son judíos. Y cómo los Judíos (no soy antisemita) nos han enseñado sobre la vida, Darwin nos enseñó que venimos del mono, o al menos eso dice su escuela, Freud nos enseñó sobre el subconsciente y el sexo, y Marx con su pedagogía sobre la revancha del proletariado.
Tres golpes que la humanidad lleva en su cuerpo, tres moretones que no salen ni con ungüento, ni anti-inflamatorio. Luego el mundo llora y pregunta ¿porque?, la respuesta es: lloramos porque estamos golpeados por las teorías que aún no se comprueban. Ni siquiera nuestras políticas han podido justificar su efectividad.
Pero no hablemos demasiado de ese pueblo escogido. Abordemos un poco de información, que no es mala, eso de dar información no es pecado ni mucho menos.
Solo que debemos informar en un país que cada vez está desinformando a sus ciudadanos. Solo una advertencia, no tome partido por Klein, ni por el pasado, solo tome partido por usted y por su partido deportivo (no político) si es que le gustan las actividades lúdicas.
Yair Klein, es un mercenario Israelí que con experiencia y táctica militar se dedicó al arte de la guerra,-no sé si leyó a Sun Tzu- y que encontró más rentable enseñar a matar personas que cosechar tomates para verano.
Su negocio no fue la paz; vender comida, y distribuir gasolina en su isla, no era una opción rentable para alguien que tiene una preparación como la que adquirió con las fuerzas de Defensa Israelí. Padre de 4 hijos, paracaidista y posiblemente amigo de Moshé Dayán.
Aprendió todo lo que sabe en la lucha y defensa de su país natal. En un una toma de rehenes en Tel Aviv, duró 7 segundos para rescatar a los rehenes. Absorbió como una esponja todos los secretos y técnicas militares de la defensa de su país. El país que tiene una grande y sólida carrera armamentística.
Yair Klein tiene todo un expediente delictivo, típico de todos los mercaderes de la muerte: viajes a Sierra Leona, -nadie va de tour a esta parte africana- entrenamientos militares a milicias centro americanas, y como si fuera trofeo vino a Colombia hace dos décadas a internarse en el Magdalena Medio, a comerse nuestros plátanos, tomar nuestro café, y a enseñar a disparar a nuestros jóvenes, conformando el frente táctico y operativo de los paramilitares y armándoles hasta los dientes. Grupos al margen de la ley que hasta ahora pululan en nuestro ambiente, ya que es inverosímil creer en el desarme de las AUC en el 2004.
Solo ver su cara produce pánico escénico, no es nada contra su estética, solo que “uno es lo que uno piensa”, sus ojos verdes pueden ser una incrustación de esmeraldas provista por Víctor Carranza, o por los diamantes sangrientos de Sierra Leona.
Klein es posiblemente el iniciador de los grupos paramilitares en Colombia. Entrenó directamente a Fidel Castaño, y posteriormente a Carlos, su hermano. Le enseñaba a terminar con los terroristas de raíz citando siempre su versículo bíblico favorito: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada” Levítico 26:8.
Y muchos pensamos que eso de la violencia en Colombia venía desde hace 50 años atrás, con el caudillismo, con las dictaduras, la toma de poder en el nombre de la justicia, y las tramas de las maquinarias políticas. Pero no, la guerra tiene una justificación más concreta, como dice el mismo Klein: “hay mucho más dinero en la guerra, y el gobierno tiene presión política para que esto sea rentable, por eso sería una estupidez la falta de liderazgo en este tema.”
La guerra produce más guerra, lo mismo que el fuego no se apaga con fuego. Y pensar que este pensamiento fue la filosofía de nuestras políticas de seguridad nacional, bajo la dirección de nuestro anterior presidente. Disparar, disparar y disparar, perdón así no era el slogan, trabajar, trabajar, y trabajar. Así estamos mejor.
Un país que patrocina la guerra, cobrando impuestos para este fin, que muere espiritualmente por que invierte más en armas que en proyectos sociales, debe ser resucitado urgentemente. El eslogan democrático, “Seguridad a toda costa”, han perdido su vigencia; al final si el Estado se rebaja a usar los mismos métodos de los grupos a los que combate traiciona los ideales del Estado del Derecho y destruye a la democracia como ocurrió en Colombia en los ochentas y noventas. El uso de la tortura, de las ejecuciones extrajudiciales y de las desapariciones para combatir el enemigo, cruel y terrorista, es una falta jurídica y ética. El gobierno pretende usar un método aparentemente eficaz que victimiza a cientos de inocentes.
Basta ya de etiquetas como Colombia sinónimo de café, fauna, flora, mujeres y mercenarios. Si se manda mercenarios al famoso batallón Colombia en Israel, porque le extraña al gobierno que se envíe un Klein a nuestras selvas a entrenar personas para la muerte y el terrorismo.
Ni lo uno ni lo otro es bueno. Toda decisión debe ser meditaba antes de convertirse en acción.
Rusia actualmente quiere deportarlo a Colombia a como dé lugar, después de capturarlo en el 2007 y a días de la pronunciación del Tribunal Superior de Manizales que lo condenó a 128 meses de cárcel por el entrenamiento de hordas de sicarios que llenaron de crímenes el país y que, aupados por el narcotráfico, exterminaron la Unión Patriótica y multiplicaron los carros bomba y atentados contra el Estado.
Y como paradoja la Corte Europea para los derechos humanos con sede en Estrasburgo Francia, determinó que no puede ser deportado porque su vida correría peligro. Un fallo que provocó desconcierto nacional. La saga criminal del israelí no tendría un capítulo de reparación en Colombia.
Actualmente también en Tailandia el Tribunal de Apelaciones aprobó el traslado de Viktor Bout a Estados Unidos. El reconocido traficante de armas que inspiró la realización de la película 'Lord of War' protagonizada por Nicolas Cage. Él alega que es un comerciante, pero la Interpol lo tiene catalogado como el “Mercader de la Muerte”.
Viktor Bout y Yair Klein se encontraron en Sierra Leona y se tomaron unas frías cervezas Guinness antes de partir para diferentes destinos. En Colombia se encontraron de nuevo y compartieron cerveza Águila y hasta Bout tomó Pony Malta, que le encantó mucho por cierto y se llevó un par de ellas para tomárselas en Tailandia y otras para Sri Lanka que compartió con los tigres tamiles mientras les vendía misiles tierra aire y fusiles AK-47. Me hace acuerdo estas escenas, de las parecidas entre Pastrana y Tirofijo en ese truncado proceso de paz, allá en Los Pozos cerca de San Vicente del Caguán.
Victor Bout está pedido en extradición por EE.UU mientras que Klein será pedido por Colombia por varios procesos que se siguen en su contra.
No más gambetas a la justicia colombiana, Klein debe ser confinado a un “Gulag” o un “Kibutz” pero de reparación de daños; Este señor debe meditar –si es que su conciencia no está cauterizada - sobre lo que empezó, porque ya el efecto domino no se puede parar, los sicarios, paramilitares y milicias urbanas ni sabrán quien es Yair Klein, y pensar que esta generación actual de crimen y violencia es nieta o bisnieta de Klein.
Si lo extraditan, hágase justicia. Yair Klein debe tener sinónimos de: Ostracismo, “non grata", “Refusenik” y por qué razón, por esta respuesta nefasta que le dicto a un medio nuestro:
El periódico El Espectador en una ocasión le preguntó en una entrevista lo siguiente:
— ¿Está arrepentido por lo hecho en Colombia y por lo que sus alumnos han consumado: muerte y destrucción?
— ¿Qué culpa tiene un ministro de educación si sus alumnos fuman droga en las escuelas?
Diego García
Escritor quindiano
diegogarcia473@gmail.com
Fuentes gráficas:
Fotografía 'Yair Klein': images NuevoArcoIrirs.org.co
No hay comentarios:
Publicar un comentario