La semana pasada fue capturado y recluído en la cárcel La Picota Nicolás Castro, presunto autor de un grupo en Facebook que instiga a asesinar al hijo del presidente de Colombia. En la investigación que se llevó a cabo desde el pasado mes de Julio, participó también el FBI. El polémico caso deja claro que la política de “seguridad democrática” sólo funciona para la “rosca” del país.
Nicolás Castro tiene 23 años, estudia Bellas Artes y hace parte de una familia relacionada con el negocio de la aviación. Aunque a los medios afirmó no haber creado el grupo en la red social, las investigaciones lideradas por el DAS, el FBI y la Oficina de Seguridad de la Casa de Nariño, relacionaron al detenido con el grupo que figuró durante pocas horas el pasado 9 de Julio, como “Me comprometo a matar a Jerónimo Uribe, hijo de Álvaro Uribe” en Facebook. Razón por la cual, ahora se encuentra privado de su libertad, y podría ser sentenciado a pagar entre 80 y 180 meses en prisión y una multa de 1500 salarios mínimos, según el artículo 348 del Código Penal.
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Si las investigaciones son ciertas, la broma le está saliendo bastante cara al universitario. Pero el llamativo caso es exagerado, cuando hay decenas de periodistas, líderes políticos y organizaciones sociales, entre otros, que tienen amenazas de muerte vigentes y comprobadas, por parte de grupos armados al margen de la ley, como las “Águilas Negras” y las FARC. A pesar de sus denuncias ante las autoridades, las investigaciones de esos casos no se han desarrollado ni en una mínima parte, en comparación con la amenaza al hijo del mandatario colombiano.
Ya se ha visto en Colombia cómo la política de seguridad democrática se lleva en beneficio de unos pocos líderes del poder: el DAS “chuzando” teléfonos de líderes políticos de oposición, periodistas e incluso profesores de colegios; las fuerzas militares, matando inocentes para hacerlos pasar por guerrilleros y ser premiados; entre otros casos inconcebibles en la democracia.
Es entonces cuando la nación se siente desprotegida, porque sólo tiene el respaldo de una eficiente gestión por parte del Estado, si hace parte de la alcurnia social. Acaso, ¿Sólo el hijo del presidente puede acceder a la seguridad en Colombia?
Esteban Alvarán Marín
Periodista LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com
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