Durante los 8 años del mandato Uribe, la política exterior colombiana se
caracterizo por una subordinación aceptada a la política exterior de los
Estados Unidos, una política fragmentada
y reactiva y especialmente centrada en el narcotráfico y en la lucha contra en
el terrorismo.
A pesar de lo que muchos pensábamos respecto al gobierno de Juan Manuel
Santos y la posible continuidad de las políticas emprendidas durante el
gobierno anterior, este marca la diferencia. Esto lo podemos ver claramente
evidenciado en la restauración de las relaciones políticas entre Colombia, Venezuela y Ecuador.
A nivel Regional durante le gobierno de Uribe se mantuvo unas relaciones
demasiado conflictivas con nuestros vecinos fronterizos y con el resto del
subcontinente dejando de lado a naciones como Brasil o Chile. Las relaciones
con Estados Unidos y Canadá fueron profundizadas con la firma de los tratados
de libre comercio, dejando de lado el resto del continente. Y a nivel global se
ve una perdida de embajadas por parte del gobierno colombiano en países como
Australia, Rumania, Republica Checa entre otras, lo cual genera una perdida de
influencia en estas regiones por parte de Colombia.
Sin embargo el gobierno Santos da un giro total en materia de política
exterior, giro muy beneficioso para el país. La restauración de las relaciones
económicas y políticas con Venezuela y Ecuador sin lugar a dudas genera un
impacto positivo tanto a nivel nacional como a nivel regional, reactivando la
economía fronteriza y la industria colombiana y generando un ambiente de paz en
la región.
Un intento de profundización de las relaciones con los países de la
cuenca del pacifico, y una fuerte ambición por diversificar las relaciones con
países de Asia, son vitales en la agenda del nuevo gobierno, lo que podria
tener un gran impacto a nivel económico y político en las relaciones que hasta
hoy en día ha tenido Colombia con sus principales socios.
Un gobierno como el que nos ha presentado Santos en tan solo 4 meses es
lo que justamente necesitaba el país, después de 8 años donde las instituciones
y la política exterior fueron manejadas de forma irresponsable por una sola
persona.
La política exterior debe estar en manos de una entidad especialidad en
el tema, que en el caso colombiano es la cancillería y esta a su ves debe
dirigir todo tipo de acciones y de canales necesarios para el mantenimiento de
las relaciones con los demás países y organismos que conforman el sistema
internacional, punto que el anterior gobierno no tenia muy claro, y se
evidenciado en la forma como el presidente Uribe reaccionaba ante cualquier
discurso o acción emprendida por otro gobierno, muchas veces sin ningún tipo de
asesoría por parte del ministerio de Relaciones Exteriores, dejando de lado el
conducto regular que se debe tener ante cualquier situación que provoque una
posible reacción del gobierno. Este tema considero que es el punto que comenzó
a marcar la diferencia del nuevo Gobierno con el anterior, puesto que en tan
solo 4 meses se ha emprendido una restructuración al interior de la cancillería
con el fin de hacer mas eficaces las acciones emprendías por esta entidad. El
actual gobierno le dará un mayor peso y
preponderancia que la que se le dio durante los últimos 8 años.
Es importante ver las acciones y
los resultados que ha logrado este
ministerio para evidenciar la necesidad de tener una diplomacia en manos de
expertos y no de una sola persona, esto es ve claramente en la función que se
realizo por parte de la cancillería para lograr el restablecimiento de las
relaciones políticas con los gobiernos de Caracas y Quito, cosa que 6 meses
atrás jamás se pensaría por las misma personalización y política reactiva del
gobierno encabezado por Uribe.
Para finalizar, es importante
elogiar las acciones emprendidas por el
gobierno Santos puesto que en primer lugar intentan mejoras las ya deterioradas
relaciones con los países de la región, en segundo lugar se evidencia una
preocupación por diversificar las relaciones con países de Asia y de la cueca
del pacifico, y en tercer lugar se evidencia una restructuración en las
relaciones con los Estados Unidos, dejando a un lado el papel de subordinación
aceptada, para intentar tener unas relaciones entre iguales ( de estados soberanos) y no tan
asimétricas como se han venido manejando, hasta el punto de intentar aprobar el
establecimiento de tropas estadounidenses en el país.
Andrés
Cortés
Columnista
invitado
andres_co_ur@hotmail.com
Imagen Tomada de: http://www.aporrea.org/imagenes/gente/santos_correa_chavez.jpg
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