sábado, 28 de noviembre de 2009

Actualidad - LOS MÁRTIRES DEL GOBIERNO




Nadie sabe qué está pasando. Lo cierto es que todo se mueve a una velocidad que de un día para otro se habla de una cosa u otra, con relación a los secuestrados Moncayo, Calvo y los despojos mortales del Mayor Guevara.




Que Moncayo se escapó de las manos de sus captores; que anda por la selva sin rumbo fijo; corriendo todos los riesgos habidos y por haber, después de más de diez años de cautiverio. Que las FARC-EP se mueven por todos los lados tratando de ubicarlo, pero que nada es oficial. Sólo rumores producidos por un periodista del Huila que lo afirma porque, según él, “fuentes confiables” se lo contaron.

Inmediatamente el Gobierno, que nada ha dicho ni hecho durante mucho tiempo, sale a afirmar que todos los permisos están y que se puede hacer la liberación unilateral que prometió la guerrilla. Todo es raro, sospechoso y deja mucho que desear: afirmar que el Gobierno ha hecho lo necesario y que la Cruz Roja Internacional junto con la Iglesia Católica y la senadora Piedad Córdoba están autorizadas para que se haga lo necesario y así poder recibirlos. 

Se olvidan ahora de que Uribe había vuelto a condicionar la entrega de la totalidad de los secuestrados. Igual que en el pasado, hoy una cosa, mañana otra y pasado mañana quién sabrá. Todo se mueve según las conveniencias de la imagen gubernamental.

Se olvidan que estamos hablando de seres humanos; de personas de carne y hueso que sienten, se alegran, sufren y se deterioran física y moralmente. No ha valido nada para que el Presidente seda, se preste a que regresen sanos y salvos así sean dos, tres, o uno. No le interesa. Tiene metido en la cabeza que deben de ser todos y rechazan sin decirlo abiertamente que no les interesa de otra manera.

Que primero está la imagen que se vende de que son berracos, que no negocian y que la Seguridad Democrática logrará traerlos. No importa que ya sean siete años sin que lo logren. Que, según el Gobierno, la Operación Jaque es repetible. Pero esta semana la Fundación Arco Iris afirmó que todo se recompuso en la militancia del grupo guerrillero, entonces ¿cómo traerlos?. Esto lo hace casi imposible por el momento. 

Se necesitarán muchos años más de infiltración para poder lograrlo de nuevo. Mientras tanto los secuestrados siguen siendo los sacrificados en aras de conservar la imagen de “todo lo puedo” que Uribe insiste en defender. Con un discurso guerrerista en donde se vende la idea caduca que hay que debilitar a las FARC para que se sienten alrededor de una mesa y entregar a cada uno de los secuestrados que están en su poder. 

Se puede diferir y pensar que por el contrario en cada oportunidad que se dé una liberación, así sea unilateral, hay que cogerles la caña para no sacrificar ningún colombiano. 

Ojalá, las especulaciones y comentarios de que hubo un bombardeo a un campamento guerrillero en el que 
supuestamente murió el sargento Moncayo y otros más, sea sólo eso: especulación. Si fuere cierto, ningún colombiano podría mirar para otro lado y no decir que gran parte  de la culpa es de este Gobierno, que tuvo la posibilidad de permitir su liberación y no lo hizo. 

Siempre se podrá afirmar que es mejor un diálogo a medias que una batalla perdida. 






Isabel Cristina Carvajal
Periodista
LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com

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