En apartes de la historia se ve cómo multitudinarios grupos de personas se han dedicado a la lucha en contra de quienes no comparten sus ideales religiosos, políticos y/o económicos. Todos tienen algo en común: Están comandados por una institución que busca el poder material, mediante una trampa ideológica.La intolerancia ha sido el defecto humano, tal vez más destructor. La incapacidad de soportar las características que hace una persona naturalmente diferente a otra, ha sido cómplice de las mayores injusticias en la historia. Desde discriminación directa, hasta intentos de extinción de grupos humanos, se han llegado a ver. La esclavitud, la “santa” inquisición, las cruzadas, el holocausto nazi, la guerra santa islámica, entre otros, son algunos ejemplos.
Sin necesidad de ir muy lejos, en Colombia la discriminación se hace notar desde el colegio, la universidad o en la calle, por simplemente pertenecer a una cultura urbana distinta, o ser hincha de un equipo deportivo determinado. Las implicaciones que esto trae a las personas pueden ser más graves aún que un insulto verbal. Ahora, nos vemos obligados a ser neutros y no tender a publicar mucho nuestros gustos distinguidos en una sociedad, porque de lo contrario, la discriminación de algunos puede propiciar golpizas e incluso muertes violentas. Pero este tipo de intolerancia cotidiana la construye la misma sociedad en la que nos desenvolvemos.
Con este texto, quisiera tocar un punto que personalmente considero mucho más trascendental: la influencia discriminativa que ha llevado a cabo la religión en el mundo.
De manera paradójica, instituciones como la religión católica, que difunden en sus creyentes doctrinas de respeto, solidaridad y tolerancia, como sinónimo de buen comportamiento para acceder al cielo, desde sus inicios fue la primera en influir en que las personas no podían tener cultos y fé diferentes a la suya. Como se sabe a partir de la historia, la persecución que organizaban contra las personas “paganas” fue grotesca. Contaban con ejércitos y hacían hasta lo imposible por construir su bestial imperio de penetración católica en Europa, y posteriormente a colonias americanas.
La “santa” inquisición dedicada a la supresión de la herejía en el seno de la iglesia católica, impuso la confiscación de bienes, la prisión perpetua y la pena de muerte desde el siglo XII. Sin olvidar que mucho antes las cruzadas enviadas expresamente por el papado, se dedicaban a exterminar pueblos completos como lo intentaron con los musulmanes, sólo por no compartir el mismo culto.
Entonces, ¿cuáles son las bases de confiabilidad para actuar bajo determinadas doctrinas, cuando quien me pide que las siga ni siquiera las cumple?
En otros apartes de la historia se ve cómo multitudinarios grupos de personas se han dedicado a la lucha en contra de quienes no comparten sus ideales religiosos, políticos y/o económicos. Todos tienen algo en común: Están comandados por una institución que busca el poder material, mediante una trampa ideológica.
La iglesia católica, constituyó una gigantesca institución que comandaba personas en territorios de gran extensión con mucho o poco poder, bajo la amenaza constante de sus argumentos metafísicos de castigo sobrenatural. Tenía un gran poder en decisiones políticas y convencía a sus creyentes que debían matar y buscar a todo hereje, para acabar con el derecho natural de toda persona, de ofrecer culto a lo que prefiera. La negación de la libertad, aún en ese momento invisible, al parecer no se encontraba en las “santas” escrituras, o tal vez, su dios sólo cayó en cuenta de los derechos fundamentales del hombre, cuando Olympe de Gouges se los envió en una carta algunos siglos después.
Es así que la misma religión va elaborando esta intolerancia social que luego, incluso después del renacimiento europeo, demostró litigios en ciudades de gran importancia. Como Venecia, donde aunque la inquisición ya no existía para matar personas con cultos diferentes, los católicos escupían y discriminaban judíos, sin dejarlos hacer parte del poder político de las naciones.
En la actualidad, es inconcebible que veamos muestras de intolerancia religiosa. Lastimosamente, personas como el español Jorge Loring, sacerdote católico, aún expresa a sus fieles mensajes de discriminación. En su afamado libro “Para Salvarte” lleva temas como, ¿Por qué la religión católica es legítima y verdadera?, ¿Por qué los creyentes de otras religiones no deben ser parte de la verdad y el camino a la vida eterna?, ¿Por qué el hombre ateo no tiene derecho a disfrutar la vida?
Sacerdote Jorge Loring. Escritor del libro "Para Salvarte".
Fuente: image031.gif
Ideologías de ese tipo solo llevan a diferenciaciones sociales, que de manera mínima en comparación a las de Medioevo, aún siguen siendo una burla a los derechos naturales del hombre.
Así como el catolicismo pelea con censuras, hay que considerarse que lo verdaderamente censurable, son aquellos factores malévolos que estimulan intolerancia y conflicto social, tal y como lo son ellos mismos.
Esteban Alvarán Marín
Periodista
LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com
Fuente imagen sumario: http://pocamadrenews.files.wordpress.com/2009/03/cruzadas.jpg
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