sábado, 14 de noviembre de 2009

Especial - RECUERDOS CORREGIDOS SOBRE EL MURO DE BERLÍN


Hace algunos años leí sobre algo que llamaré la paradoja de la jaula, pues no recuerdo bien de dónde salió.  En términos generales la idea es imaginarse un área cerrada formada por muros,  amplia en el cual hay buena movilidad y no existe mayor restricción; simplemente esas paredes que nos separan del resto del mundo. ¿De qué lado están los encerrados?





En 1989 tenía trece años y recuerdo las imágenes de la caída del muro de Berlín en los noticieros locales, y el gran despliegue que tuvo la noticia que ciertamente representó un cambio importante en el mundo.  Lo que yo veía era la caída de un muro que separaba Alemania oriental y Alemania occidental, y permitía que las personas que vivían “encerradas” en la parte comunista, fueran libres y empezara la unificación de Alemania. Una descripción escueta, bastante errónea y simplista. Igual hay que tener en cuenta que tenía trece años y mis conocimientos de  geografía,  política e historia eran aún mas superficiales que ahora.

En 2004 tuve la oportunidad de pasar un mes en Berlín lo que me permitió aprovechar y conocer un poco más sobre esta ciudad y su historia. Y precisamente una de las cosas que mas me sorprendió tuvo que ver con la paradoja de la jaula, y la rectificación de mi imaginario respecto a la división entre la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal Alemana(RFA).

Tras la caída de los Nazis, Berlín quedó dividida en 4 zonas, una de ellas controlada por la URSS (el este), y las otras 3 por Francia, Reino Unido y los Estados Unidos. Lo que yo no sabía era que Berlín quedó en medio de la RDA, que estaba bajo el influjo soviético. El muro no dividía las Alemanias, sino que encerraba a Berlín occidental como a una isla en un mar comunista. El muro se construyó bajo el supuesto de ser un "Muro de Protección Antifascista ", pero a la larga evitaba sus ciudadanos se escaparan al lado occidental. Paradójicamente, a los que habían cercado eran libres y los que ponían la cerca eran los cautivos, que querían entrar en la “jaula” (si bien una vez dentro podías tomar un avión y salir a cualquier otro lado).

Para alguien que estuviese bien empapado del tema estas líneas son irrelevantes, pero imagínense mi sorpresa al cambiar tan radicalmente la imagen que tenía al respecto.

En la actualidad queda poco del muro. Unos cuantos pedazos y una línea en el piso que recuerda a los transeúntes que por ahí pasaba la representación de la cortina de hierro. Unter der Linden, cerca a la puerta de Brandenburgo y ubicada en lo que era la zona oriental, ahora es lujosa. La zona aledaña al muro sufrió un boom de construcciones de edificios modernos con los cuales es casi imposible imaginar lo que sucedía hace poco más de 10 años.


                                Fuente: http://lh6.ggpht.com/_2WfL_JpjqUo/Sbc_CZVl4FI/AAAAAAAAAYA/30ObdN0LNwg/1663.jpg 

Aún puedes ver construcciones y atracciones tipo soviético como el reloj mundial en Alexanderplatz y la torre de televisión (torres que se repiten en distintas formas a lo largo de Europa del este). También allende el renovado centro, ves los antiguos edificios de la zona oriental que ahora son ocupados principalmente por migrantes rebuscándose la vida en esta capital cosmopolita, zona que permite vislumbrar mejor lo que en su momento fue vivir en la Berlín comunista.

Conmemoramos 20 años de la caída del muro. 20 años desde que los cautivos pudieron salir de su propia jaula. Conmemoración que nos invita a refrescar recuerdos, corregirlos y enriquecerlos como en mi caso y empaparnos más de esa absurda historia y legado que nos dejo la segunda guerra mundial y la guerra fría. Muchos tuvimos la fortuna de no vivirlo, pero no nos exime de aprender y procurar evitarlo.

Alejandro Arévalo
Periodista Invitado
LA LUPA






Fuente imagen sumario: http://www.notitarde.com/portadas/ediciones/aniver/aniver2006/imgespe/30G/1989/MURO%20DE%20BERLIN%204.jpg 

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