A pocos meses de celebrar los doscientos años de la Fiesta Nacional de Independencia, la preparación para el evento ha sido poco mencionada.
Han pasado algo más de dos años desde el debate y la polémica que causó la propuesta del Gobierno de conmemorar la efeméride el 7 de agosto de 2019 y no, el 20 de julio de este año. Para ese entonces, grupos de historiadores y expertos en el tema defendieron su posición al alegar que la gesta emancipadora inició en 1810, -al igual que en otras partes de América Latina como Venezuela, Chile y Argentina- y finalizó en 1819 con la Batalla de Boyacá. Y, a pesar de que se decidió por consenso seguir con la fecha tradicional, los preparativos para el magno acontecimiento han sido llevados a cabo con sigilo y poca publicidad.
Seguramente, otro sería el efecto en los colombianos si se hubiesen tomado las decisiones pertinentes con antelación. Un ejemplo a seguir es el de Chile, que desde el 2000, los encargados del evento se dieron a la tarea de dar a conocer y arraigar en el pensamiento de su pueblo la importancia que tiene para la memoria colectiva la celebración del bicentenario. Aunque es claro que es otra la situación interna en Chile, no es una excusa para dejar en un cuarto plano la construcción y cohesión de una Colombia a partir de un sentimiento patrio común, en contraste a como se ha venido haciendo con seguridades democráticas endebles y personalizaciones del poder.
Las consecuencias de la desunión nacional no demoraron en aparecer. Esta desunión también es causada por las contradicciones a las que el Gobierno nos tiene acostumbrados, como sucede con la propuesta para el 2019 de ‘Visión Colombia, Segundo Centenario’, con la que se pretende alcanzar “unas metas ambiciosas en paz, justicia social, infraestructura, calidad de vida, productividad, competitividad, consolidación de la democracia pluralista, democracia de libertades–no retóricas sino efectivas.”. (1) Con la iniciativa de este proyecto, lo único que se demuestra es que para el 2010 no se pudo hacer más de lo que ya se ha hecho. Por esto, se ha dado un plazo extensible por 9 años más para ver qué se puede lograr.
Ya Antioquia anunció la celebración de su bicentenario en el 2013 y Cartagena en el 2011, cada región está tan preocupada por su fiesta propia que no se ha desgastado de más por la conmemoración nacional. Es decepcionante ver cómo pasará esta fecha con la misma importancia de años anteriores y sin siquiera habernos dado cuenta.
Fernanda Basto Reyes
Periodista LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com
(1). Visión Colombia, II Centenario. Propuesta para discusión. En: http://www.bicentenarioindependencia.gov.co/proyectos/encuentrohistoria/Documentos/Vision_Colombia_2019.pdf
Estos detalles demuestran que a Colombia aún le falta mucho para desarrollar una idiosincracia y sentido de unión a la patria. Sin embargo, es importante vincularse con este tipo de eventos que como bien menciona la perdiosta no deben pasar desapercibidos.
ResponderEliminarBusquemos esa unidad nacional, que tanto nos ha hecho falta para lograr nuestros objetivos como sociedad.
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