Como si se tratara de inmigrantes tratando de pasar la frontera de un país a otro, en el peaje de Tarapacá (Risaralda – Caldas) los viajeros corren de un departamento a otro, para lograr trasbordar al bus que los espera del lado opuesto.
La insuficiencia de transporte público por la vía antigua que va desde Pereira hasta Manizales y atraviesa los municipios de Santa Rosa de Cabal y Chinchiná, deja como consecuencia que los viajeros deban ‘arreglárselas’ y rebuscarse la forma de llegar a su destino.
La única opción que encontraron las personas que a diario deben trasladarse entre estos pueblos y ciudades a través de esta ruta, fue utilizar los buses municipales. De tal forma, que la ruta del bus de Santa Rosa de Cabal (Risaralda) los deja a un lado del peaje Tarapacá que funciona en el límite departamental; y la ruta de bus de Chinchiná (Caldas) los recoge después del mismo; y viceversa.
Teniendo en cuenta que “los buses municipales no pueden salirse de su jurisdicción”, según explica el intendente Carlos Vanegas de la Policía de Carreteras, desde hace varios años los viajeros se han tenido que acostumbrar a bajarse de un transporte, correr y atravesar el peaje, para que el automotor del otro costado no lo deje ‘cruzado de brazos’ en la carretera.
El curioso fenómeno que deja descubierta la reputación de la cobertura de servicios de transporte público interdepartamental, ocurre básicamente por razones económicas: Los automóviles que operan en la ruta Pereira – Manizales prefieren tomar la vía nueva, carretera llamada ‘Autopista del Café’, por su rapidez; Si pusieran una nueva ruta que tomara la vía vieja, el costo del pasaje sería más cuantioso –porque tendría que pagar el impuesto de tránsito en el peaje- y las personas no preferirían la comodidad, teniendo que pagar más.
“Preferible es correr tres cuadras entre bus y bus, que pagar más. La situación económica no lo permitiría”. Afirma Gerson Mejía, pasajero que a diario hace parte de tal rutina, al preguntársele si pagaría más por la comodidad de un servicio expreso de transporte.
El peaje Tarapacá seguirá siendo una pista atlética de obstáculos, por lo menos hasta que a alguna compañía de transporte se le ocurra tramitar una alianza con la empresa que administra el buen estado de la ‘carretera del café’ antigua.
Esteban Alvarán Marín
Periodista LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com
Fotografías: Esteban Alvarán Marín.
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