Después de los recientes terremotos en Haití y Chile, que resultaron en cientos de miles de muertos en total, es imposible no preguntarse si este tipo de catástrofes se están incrementando o si estos eventos están conectados entre sí.
El terremoto que el pasado 12 de enero sacudió de manera catastrófica la isla de la Española, compartida por los países de República Dominicana y Haití, y que dejó mas de 200.000 muertos en éste último país, no es un evento sin precedentes en la región. En los años de 1751, 1770, 1842 y 1946 varios terremotos sacudieron la isla dejando pérdidas humanas y materiales. En realidad, los terremotos de la misma magnitud que el que azotó la nación caribeña son bastante comunes: uno por semana en diferentes lugares del mundo, mientras que el que se produjo en Chile pertenece al grupo de los Megaterremotos: eventos geológicos poco comunes que pueden liberar en energía unos 50 gigatones (algo así como 3 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima detonadas al mismo tiempo).
El terremoto del 27 de febrero en Chile fue 1000 veces más poderoso que el de Haití. Sin embargo, el impacto de estos dos fenómenos sobre la población ha sido sustancialmente diferente. La clave está en la pobreza, el crecimiento demográfico y urbano desmesurados y la falta de preparación con sistemas de alarma adecuados que la ciudadanía conozca y esté entrenada para usar. Estos mismos factores son los que en el 2004 hicieron que el tsunami que golpeó las costas asiáticas alcanzara semejante poder destructivo.
Aunque las opiniones son dispares, algunos científicos de la Universidad Estatal de Arizona afirman que el terremoto chileno y el haitiano no están vinculados, pues las fallas sísmicas que los ocasionaron no están en contacto directo. Caso contrario ocurre con el sismo de 7.0 grados que se produjo cerca de las costas de Okinawa, en Japón. Éste país y Chile están ubicados en un área que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo: placas de la corteza terrestre se hunden a gran velocidad geológica (varios centímetros por año) en otras placas, un fenómeno que acumula enormes tensiones que deben liberarse en forma de sismos.
¿Son los terremotos un fenómeno mas común ahora que en las pasadas décadas? Nuestras cortas vidas y memorias nos hacen percibir este tipo de acontecimientos como algo extraordinario. A esto se suman los equipos sofisticados y las comunicaciones que nos permiten recibir noticias de sismos en lugares remotos del planeta, de los cuales hace 100 años no hubiéramos tenido noticias. Sin embargo, comparado con las décadas de 1970 a 1990, sí se ha mostrado un ligero incremento en la actividad geológica. Stephen S. Gao, geofísico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri afirma que puede que se simplemente una ligera variación del campo de tensiones en la litosfera terrestre.
Ante este tipo de catástrofes, imposibles de predecir con exactitud, lo mejor es estar siempre preparado, saber si se está en una zona de alto riego, conocer los pasos a seguir en caso de un sismo y tener kits de emergencia preparados. Si desea más información al respecto, visite la página http://earthquake.usgs.gov/ del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Paola Martínez Martelo
Invitada Especial LA LUPA
lalupaopinion.blogspot.com
Interesante ! no sabía que existía ese cinturón de fuego del pacífico.
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