lunes, 19 de julio de 2010

Política - SANTOS, DE VUELTA A LA DIPLOMACIA



Vientos de retorno a la tradición diplomática colombiana parecen soplar desde el nuevo gobierno. Diferente a lo esperado, Santos parece no estar dispuesto a continuar las peleas ‘cazadas’ de Uribe con los gobiernos vecinos. Falta ver cómo los intereses políticos y económicos de cada país se concilian después de 8 años de disputas, y con un ex mandatario como Uribe de quien no es descartable que intente participar en la elección presidencial de 2014.




A pocos minutos de conocer su victoria Juan Manuel Santos decidió poner en claro que su gobierno lejos de ser la continuidad de Uribismo  estaría marcado por una agenda propia de gobierno, en la cual el tema del empleo sobrepasa con creces a la preocupación en seguridad.

Las fricciones de Álvaro Uribe con los gobiernos de Ecuador y Venezuela  se tradujeron en sanciones comerciales para Colombia, las cuales tuvieron impactos negativos en la economía  de las regiones fronterizas e impactó en la producción industrial, principal fuente de empleo en las zonas urbanas, y la ganadería, principal sector agropecuario del país. Ante este panorama, el restablecimiento de las relaciones con los vecinos es una medida ineludible para lograr contrarrestar el creciente desempleo nacional.

María Ángela Holguín, funcionaria con experiencia en la carrera diplomática, de buen calado en la administración Chávez tras su trabajo como embajadora en Caracas y perteneciente a una de las tradicionales ‘familias’ de gobierno en Colombia, parece ilustrar el estilo diplomático que buscará construir la nueva administración.

Contrario a lo temido, el manejo de la burocracia en la cancillería será una combinación entre tecnocracia y  repartición burocrática, lo cual aunque no supera la tradicional política diplomática colombiana, rompe con el manejo exclusivamente político que dio Uribe al servicio exterior, manejo lleno de  escándalos que dañaron las relaciones con países como Brasil o Chile.

Desde la campaña electoral Santos ha buscado acercamientos con los mandatarios vecinos: a Correa le ofreció entregarle la información contenida en los computadores de ‘Reyes’, requisito puesto por el mandatario ecuatoriano para dar por superado el incidente generado por la ‘operación fénix’.  Chávez,  fue quien más se opuso a la elección de Santos como presidente, interviniendo de manera constante en el debate electoral colombiano, pero tras los escrutinios ha preferido estar abierto a diálogos con la nueva administración.

Con este último mandatario las tensiones vienen de tiempo atrás, producto de una confrontación ideológica y personal que se ha trasladado al ámbito bilateral, desde  cuándo  Santos como ministro de hacienda de Pastrana respaldó el golpe de Estado de Carmona en Venezuela. No obstante,  los intereses políticos de ambos mandatarios parecen privilegiar un manejo pragmático de la situación: Santos desea presentar como principal logro en su primer año de gobierno, la recuperación del principal mercado de productos manufacturados colombianos; y Chávez en medio de la contienda electoral venezolana desea dar soluciones prontas a los principales problemas de su gobierno: la deficiente distribución de alimentos y la crisis energética.

Por su parte, Correa como cabeza política de UNASUR desea presentar una institución repotenciada con la reapertura de relaciones diplomáticas en la región andina y a su vez enfrentar de manera bilateral la grave crisis humanitaria que implica el alto número de refugiados colombianos en su país.

Estado Unidos, el otro actor esencial en la agenda diplomática colombiana mantiene con Latinoamérica una posición dialogante, bandera de la administración Obama,  sin que por esto rechace actuar unilateralmente como en el caso de Honduras o Cuba.  Pero por ahora la reacción de EE.UU. ha sido la de respaldar el restablecimiento de relaciones, mientras que frente al uso de bases militares en Colombia ha tratado  de dar explicaciones a los gobiernos de la región, para evitar los roces diplomáticos que generó el tema.

Por último, es un misterio el peso  y papel que tendrá en la política interna el presidente saliente, pero la alta popularidad con que sale de su cargo le otorgará una amplia legitimidad y visibilidad a sus opiniones. Sin aún terminar su periodo,  ya comienza a criticar la agenda internacional tomada por Santos, como indirectamente lo ha hecho frente a las investigaciones judiciales al Gral. Freddy Padilla de León en Ecuador: son una ventana al rumbo que tomará Uribe durante los próximos 4 años.

Santos parece querer devolver a la política internacional colombiana su tradicional posición pro estadounidense  pero dialogante con sus países vecinos. No es un cambio significativo para el país, pero sí es una ruptura con la desastrosa política exterior de Álvaro Uribe. Queda como materia pendiente la construcción de una verdadera política Estatal en materia de relaciones exteriores, mientras tanto es una incógnita el verdadero rumbo exterior de Santos, respuesta que sólo conoceremos hasta el 7 de agosto de 2011.


Camilo Cruz
Invitado LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com

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