martes, 8 de junio de 2010

Especial - LO QUE NUNCA NOS CONTARON




Las instituciones del poder han tratado obviar en los grandes acontecimientos históricos de Colombia a la comunidad afro. Por tal razón, son pocos los registros que prevalecen en la sociedad sobre líderes negros que protagonizaron hechos de gran trascendencia para la construcción de la identidad cultural nacional.




Dentro de este proceso desmemorizador, donde sus actores más influyentes fueron la iglesia católica y el Estado racista de hace un par de siglos, algunos representantes de la negritud se destacan por su empeño en no permitir que su maltratada cultura resultara perdida, en el olvido colectivo del país.

La gran mayoría de los colombianos aprendieron de sus colegios y universidades que el proceso de independencia fue liderado por personajes como Simón Bolívar o Francisco de Paula Santander. Todos blancos. Lo cual es cierto, mas no completo. Lo que nunca nos contaron fue que también vivieron próceres de raza negra, quienes incluso mucho antes a los primeros pasos de independencia del país, se opusieron a la colonia española, logrando dar a su esclavizada  y perturbada minoría la libertad clandestina.



Los Cimarrones.

Cerca de 200 mil esclavos africanos entraron por Cartagena con sus destinos vendidos: fueron repartidos según los necesitaron colonizadores y terratenientes en Perú, Ecuador, Venezuela y Panamá. En Colombia se quedaron 80 mil.

Además de la explotación física que sufrían, eran obligados a adoptar la religión cristiana, puesto que para la Iglesia todos los cultos y costumbres africanas correspondían a actos de Satán. Las máximas creencias que proporcionaban paz espiritual a los esclavos, les eran prohibidas, afectando también la fe y esperanza

que los mantenía vivos dentro de la adversidad del ambiente que obligados tenían que contemplar. Una etnia inmensamente rica en cultura y valores, retenida intelectual y físicamente por el equívoco imaginario europeo de hace varios siglos.

Los castigos y penitencias por lo que consideraban los españoles como faltas por parte de la negritud, fueron una de las más salvajes y grotescas de la historia de la humanidad: las medidas más comunes que eran utilizadas por los colonizadores consistían en el corte de lengua cuando hablaban su idioma nativo, el vaciamiento de un ojo, la castración, el baño en aceite hirviendo y todas las combinaciones posibles entre estos métodos.

Como se sabe, la calidad de vida del afrodescendiente en Colombia, no constaba de la más mínima proporción de bienestar. Es así, que muchos líderes de la raza negra oprimida comienzan a difundir entre su comunidad su inconformismo con la injusticia que estaban viviendo y las posibilidades de liberarse, para tener los mismos derechos y beneficios del hombre blanco.

Hacia finales del siglo XVI, en la colonia comienzan a gestarse movimientos de revolución de la comunidad negra, que ya no aceptaba más el maltrato del esclavismo. Fabricaron armas con lo que la naturaleza les  proporcionaba, y no esperaron mucho para enfrentarse a sus opresores. Se emanciparon y se instalaron en la espesura de las selvas tropicales. Como sociedad, construyeron verdaderas poblaciones, donde existía una justicia utópica para los días actuales, pero que estos seres humanos ante la sorpresa de la libertad, practicaban a la perfección hace más de cuatro siglos.

A los idealistas afrodescendientes de la primera revolución contra la colonia de lo que ahora llamamos América Latina, se les denominó ‘cimarrones’, haciendo referencia a lo salvaje o silvestre. Así mismo, a sus extremadamente protegidas poblaciones, en las que habitaban los más valientes  de quienes buscaban la libertad sin saber mucho de ella, se les bautizó como ‘Palenques’.

El Palenque más antiguo data del año 1598: ‘Zaragoza’. Lo que demuestra cómo la raza negra, oprimida por elesclavismo, protagoniza ahora las verdaderas historias de la gestión de la independencia de la Nueva Granada, desde poco más de dos siglos antes de que los blancos tomaran la decisión y se lo atribuyeran a ellos mismos.

Fueron los ‘cimarrones’ los primeros en tener una independencia en toda América Latina, que funcionaba como una verdadera república: Imponen su propia seguridad y control, organizándose en pro de la conservación de la cultura afro; dentro de su comunidad primó la solidaridad y la herencia idiosincrásica; al mejor estilo de la Grecia antigua y, sin saber mucho de ella, toda la comunidad era quien colectivamente tomaba las decisiones políticas y militares que implicaran su sociedad independiente.

Los palenques se caracterizaron por nunca tener un sitio propio. La comunidad afro siempre fue inteligentemente nómada, lo que les permitió ser difíciles de encontrar por los españoles y terratenientes de la colonia, quienes aseguraban que los cimarrones eran esclavos prófugos y había que cazarlos.


De los Palenques a la libertad.

Durante cuatro siglos la comunidad afrodescendiente  protagonizó levantamientos y rebeldías que daban justo con su objetivo, gracias a su gran inteligencia y solidaridad.

Aunque su relación con el ente religioso que dominaba en la colonia no era buena y, ninguno de los dos bandos tenía deseo de que lo fuera, algunos representantes católicos pusieron su apoyo en la negritud. Algunos de ellos como el Padre ‘Baltasar de la fuente de Turbaco’ y Miguel del toro de Tenerife, se comprometieron fielmente en buscar las mejores negociaciones con las autoridades para conseguir legislaciones que dieran derechos humanos a la raza de color y pudieran tener los mismos privilegios que cualquier blanco. Gracias a sus buenos aliados, en 1780 lograron que se les permitiera la libertad de vivir y de cultivar sus propias tierras junto a la ciénaga de Santa Marta.

En 1713, España se vio obligada de aprobar la concesión de la ‘cédula del perdón’,  a raíz del secuestro de un hombre del ejército ibérico por parte de los cimarrones. Con este acuerdo amistoso, España entregó más que un permiso para tener una tierra y la libertad de un contado grupo de negros; entregó también la primera muestra de debilidad que había sentido la colonia en dos siglos de sometimiento. Suceso que desató una gran cantidad de esclavos rebelados, que se enfrentaban a sus amos para ir a unirse a un palenque.

Nuevos palenques se iban conformando, como el caso de Tadó (ubicado en lo que hoy corresponde al departamento del chocó), Guayabal de Síquica (Cundinamarca), Tocaima (Cundinamarca), Río Yurumangui, Cartago, Cali, Cerritos y el Río Saija (Valle).

Hay quienes afirman que para entender eventos de la independencia como la revolución de los Comuneros y el movimiento de independencia de Bolívar, hay que ver la influencia esencial de los palenques.

Dentro de los personajes afrodescendientes que más sobresalen en la lucha por la independencia, se encuentra José Prudencio Padilla, quien fue engañado por Bolívar, a razón de que no le cumplió su promesa de liberar a todos los esclavos si  ganaban varias batallas en las que participó, por su
gran habilidad para formar estrategias de guerra.

Pero Prudencio no perdió las fuerzas para lograr sus objetivos. Logró que en el ‘Congreso de Cúcuta’, Antonio Nariño aprobara la ley de ‘libertad de vientre’, que aunque no era absoluta, al menos dio esperanzas a la comunidad afro.

Posteriormente, la gran espera y lucha constante de las comunidades que durante varios cientos de años existieron bajo la represión  de amos que cambiaban seres por valores de materia, comenzó a ser justificada: en 1812 la Constitución del Estado de Cartagena prohibió el comercio y trata de negros; dos años después, el dictador Juan del Corral ordenó la libertad a los hijos de esclavos nacidos en Antioquia; ya con una república independiente, en 1821 se constata la ley de la ‘Libertad de Vientre’; por último,  el 21 de Mayo del año 1851 el presidente José Hilario López firma la ansiada abolición de la esclavitud en Colombia. Los Afro celebraron el triunfo de una batalla que por siglos los mantuvo alejados de los derechos y el bienestar social.

Actualmente la lucha en contra de la discriminación racial no cesa. Pero será el legado de los ancestros Afro que dieron su vida por la igualdad de su comunidad, el que motive a la población negra  a combatir culturalmente contra  la indiferencia: contra quienes nunca nos lo contaron.


Esteban Alvarán Marín
Periodista LA LUPA
lalupaopinion@gmail.com


Fotografías: http://static2.elespectador.com/files/images/ca96e4a259363f19d011842f9dfebf77.jpg
http://axe-cali.tripod.com/cepac/hispafrocol/imagenes/benkos.jpg

2 comentarios:

  1. Tienes razón, pero sólo en parte. Al principio generalizas, ten cuidado. Es un buen recuento histórico, pero no lo siento como un artículo periodístico

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  2. Genial Esteban me parece una buena nota de investigación.

    saludos

    Diego Garcia

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