Del nuevo cine comercial se desprenden nuevas revelaciones. Las
tramas han cambiado, han dado sutiles giros, tanto en su estética y
puesta en escena, como en sus contenidos. Las viejas y anquilosadas
pautas de violencia, narcotráfico y guerrillas, están a punto de ser
desplazadas por unos filmes que se apropian más y mejor de temáticas
universales. La violencia persiste y el sexo se acentúa, pero las
producciones se han vuelto compartidas, binacionales, y poseedores de
toda una gama de lenguajes.